Porque no pueden cumplir desde 2021 con las leyes de facturación que obliga y requiere el Estado Español.
Todo aquel que esté trabajando con sus plantillas la facturación, y reciba una inspección, puede ser sancionado.
Las facturaciones de las empresas, ya sean grandes o pequeñas, se han podido gestionar como los responsables han preferido, sin mucho más control o exigencia del Estado que los datos fueran veraces y se pudieran justificar con el archivo de facturas, pero toda esta forma de trabajar llegó a su fin en 2021.
Con la entrada en vigor, en octubre, de los artículos 29.2.j) y 201.bis de la Ley General Tributaria (Ley 11/2021 del 9 de julio), el estado empezó a fijar sus nuevas exigencias de facturación y modo de trabajo.
Se estableció la obligación “de que los sistemas y programas informáticos o electrónicos que soporten los procesos contables, de facturación o de gestión de quienes desarrollen actividades económicas, garanticen la integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad de los registros, sin interpolaciones, omisiones o alteraciones de las que no quede la debida anotación en los sistemas mismos».
La gran pregunta que todo empresario debe hacerse en 2023 es:
¿Puede mi Word o Excel garantizar la integridad, conservación, accesibilidad, legibilidad, trazabilidad e inalterabilidad de los registros, sin interpolaciones, omisiones o alteraciones de las que no quede la debida anotación en los sistemas mismos?
La respuesta no tiene ni un punto de matiz de grises, es simple y llanamente “NO”:
Word y Excel no pueden cumplir desde 2021 con las leyes de facturación que obliga y requiere el Estado Español.
Todo aquel que esté trabajando con sus plantillas la facturación, y reciba una inspección, puede ser sancionado.